Seré nada. Capítulo 47 y Epílogo.
47. El sol resplandecía en las chapas que no estaban herrumbradas, brillaba en los bordes metálicos de las claraboyas, destellaba en la pintura plástica de los tanques, perfilaba el morro de un gato azulado que descansaba en el borde de una pared, se reflejaba en los respiraderos metálicos de la fábrica. En la azotea de […]